Muchas personas se cuestionan cómo eliminar el mal olor de las axilas, y lo primero que deberías saber es que el sudor se genera gracias a las glándulas sudoríparas, pero esta no es la razón del mal olor, sino las glándulas apocrinas, que forman parte de las glándulas sudoríparas y generan un sudor más espeso y difícil de evaporar. La sudoración excesiva, relacionada con la hiperhidrosis, puede agravar esta situación.
Estas glándulas se ubican en zonas como las axilas, las ingles y alrededor de los genitales, áreas del cuerpo que habitualmente contienen bacterias, y al combinarse con el sudor, generan el mal olor.
Sudor desagradable
El mal olor de las axilas tiene varios orígenes y no se debe solo a la falta de higiene, como muchos creen. ¿Sabías que hay una condición llamada bromhidrosis? Según la Facultad de Medicina de la Universidad de British Columbia, este trastorno causa mal olor en axilas, pies, pecho y genitales, por el mal funcionamiento de las glándulas sudoríparas. La sudoración excesiva y la hiperhidrosis pueden amplificar este problema.
Pero, ¿cómo se puede desarrollar esa enfermedad? Según algunos especialistas, puede tener un origen genético, aunque también podría derivarse de condiciones como diabetes, disfunción tiroidea, obesidad, etc.
Transpiración excesiva
Además, la hiperhidrosis implica un exceso en la producción de sudor, lo cual puede empeorar la bromhidrosis. El exceso de sudor ablanda la capa de queratina (que alberga las células que endurecen el tejido) y la expone a bacterias, favoreciendo su crecimiento y generando un fuerte olor, de acuerdo a la Biblioteca Nacional de Medicina de los E.U.A. Entender qué es la hiperhidrosis es crucial para manejar la sudoración excesiva adecuadamente.
Otras causas del olor desagradable
Tal como se mencionó antes, no solo la falta de higiene provoca un aroma difícil de disimular. Hay otros factores que contribuyen al mal olor en las axilas como los ácidos grasos, enfermedades metabólicas (diabetes, hemocromatosis, hiperparatiroidismo) y el consumo de productos como ajo, cebolla, curry, alcohol y ciertos medicamentos, según el Dr. Miguel Allevato, jefe de Dermatología del Hospital de Clínicas, UBA.